+Vyctor leyó una vez más el epitafio en la lápida de Nelaria. ”Como una estrella fugaz eclipsando a todos, así pasaste.” Se inclinó sobre la lápida y la abrazó, intentando sentir al ser querido que había perdido y que reposaba bajo tierra, pero solo recibió la intensa frialdad del mármol. Era como si la muerte, impasible, le hiciera ver que sus intentos eran vanos, que lo que entraba en sus dominios pasaba a pertenecerle para siempre y que no podía hacer nada para cambiarlo.
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+Durante el funeral y el entierro se había mantenido sereno, sin mostrar ninguna emoción. Solamente Nylora había llorado desconsoladamente. Pero ahora que nadie podía verle no pudo evitar que las lágrimas asomaran por sus ojos y recorrieran sus mejillas. Se sentía tan solo. Nelaria le hubiera reprendido, ella siempre había despreciado las muestras de debilidad humana, pero despues le habría acariciado el pelo con la mano y hubiera suspirado con condescendencia.
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+Fue también un suspiro lo que le sorprendió y le sacó de sus pensamientos, aunque éste sonó más a decepción. Talon Wyrm, con una mirada dura e inmisericorde, le observaba. Ya no llevaba el uniforme de gala; se había cambiado y llevaba el uniforme gris oscuro de faena, lo que le hacía parecer más enjuto de lo que era. Pero aún así, de su figura emanaba una energía que hacía que Vyctor se sintiera tremendamente pequeño en comparación. Fisicamente eran muy parecidos Talon y él, pero siempre había tenido la impresión de que esa similitud había jugado en su contra en la relación con su padre.