Se permitió bajar la vista y observó a los oficiales que, en formación, llenaban hasta el último rincón de la enorme estancia. Serían cuatrocientos por lo menos, junto a un centenar de los mejores cadetes de la Academia. En cierta ocasión, cuando era joven y frecuentaba las fiestas de oficiales, le habían contado que sus uniformes blancos eran similares a los usados por los marinos de la Tierra en la época anterior a la visita de los Navegantes. Si eso era cierto, pensó, aquellos marinos, aunque primitivos, tenían un gusto exquisito.
Se permitió bajar la vista y observó a los oficiales que, en formación, llenaban hasta el último rincón de la enorme estancia. Serían cuatrocientos por lo menos, junto a un centenar de los mejores cadetes de la Academia. En cierta ocasión, cuando era joven y frecuentaba las fiestas de oficiales, le habían contado que sus uniformes blancos eran similares a los usados por los marinos de la Tierra en la época anterior a la visita de los Navegantes. Si eso era cierto, pensó, aquellos marinos, aunque primitivos, tenían un gusto exquisito.