“Un regalo para la vista”, pensó, conteniendo la respiración sin darse cuenta. Era tal la sensación de paz que uno se olvidaba por un momento de todas sus preocupaciones.
-A su lado, Talon Wyrm sonrió y le apretó la mano. Sus miradas se cruzaron. Este era su momento de gloria, de los dos. “Vamos”, murmuró, y los dos juntos atravesaron las grandes puertas doradas hacia su destino.
+A su lado, Talon Wyrm sonrió y le apretó la mano. Sus miradas se cruzaron. Este era su momento de gloria, de los dos. “Vamos”, murmuró, y los dos juntos atravesaron las grandes puertas doradas.
El salón estaba lleno como pocas veces, pero el acto lo requería. El nuevo almirante llegaba para hacerse cargo de la estación, de los astilleros y de la V Flota, y todos sentían curiosidad por conocer al nuevo héroe de moda que llegaba victorioso desde el cinturón de asteroides. Civiles y oficiales de la Armada llenaban la estancia, y camareros de rojo con bandejas cargadas de copas y canapés circulaban entre los invitados.
- Gracias, señor. Pero mi objetivo era superar el actual récord de puntuación de las pruebas. Y he de reconocer que fracasé en el intento.
-- Bueno – dijo mientras sonreía levemente – es evidente que has heredado el talento de tu padre, pero aún te falta la determinación que tenemos los Wyrm.
+- Bueno – dijo mientras sonreía levemente – es evidente que ha heredado el talento de su padre, pero aún le falta la determinación que tenemos los Wyrm.
- Quizás haya heredado la inteligencia de su madre y sabe que pierde más que gana hiriendo el ego de su padre – intervino Nelaria.
- Tú, en cambio, me pregunto qué has heredado exactamente – murmuró para sí mismo.
-Muchos años habían pasado desde la última vez que Nelaria contempló su planeta natal, pero la espera había valido la pena. Estaban de vuelta, y más fuertes que nunca.
+Muchos años habían pasado desde la última vez que Nelaria contempló su planeta natal, pero la espera había valido la pena. Estaban recién casados cuando abandonaron la Tierra para dirigirse al cinturón de asteroides. Talon, primero de su promoción, se había convertido en el capitán más joven de la história de la Armada, pero su primer destino importante parecía más un destierro que una oportunidad de ascender en el escalafón.
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+Muchos creyeron que era un gran error. Incluso el padre de Talon se opuso energicamente. Una discusión demasiado acalorada en la que se dijeron palabras que nunca debieron ser pronunciadas fue la causa de que padre e hijo estuvieran años sin hablarse, hasta pocos días antes de la muerte de su suegro.
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+Sin embargo, donde nadie consiguió brillar, Talon deslumbró. Sus continuas victorias sobre las escuadras piratas no solo le permitieron acumular un ascenso tras otro, sino que hicieron que su figura se viera rodeada de un halo de invencibilidad. Talon Wyrm se había convertido en el heroe de la Tierra.
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+Y por fin, tras muchos sacrificios, aquí estaban de nuevo. Talon sería almirante y eso le permitiría entrar en la carrera política. Los últimos presidentes de la Confederación de Naciones procedían del mundo militar, y alguien como Talon Wyrm tenía muchas posibilidades de conseguir algo grande.
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+Nelaria reparó en un grupo de oficiales de alto rango junto al escenario.
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Se permitió bajar la vista y observó a los oficiales que, en formación, llenaban hasta el último rincón de la enorme estancia. Serían cuatrocientos por lo menos, junto a un centenar de los mejores cadetes de la Academia. En cierta ocasión, cuando era joven y frecuentaba las fiestas de oficiales, le habían contado que sus uniformes blancos eran similares a los usados por los marinos de la Tierra en la época anterior a la visita de los Navegantes. Si eso era cierto, pensó, aquellos marinos, aunque primitivos, tenían un gusto exquisito.