+- Queridos amigos, nos hemos reunido hoy aquí para recibir a un hombre excepcional, un hombre que ha devuelto la gloria a nuestra Armada, un hombre...
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+Nelaria cerró los ojos y respiró profundamente, saboreando el momento. Sin duda Talon era un hombre excepcional, pero había sido su guía la que le había llevado a elegir las amistades adecuadas y actuar en los momentos más precisos. Ella era la razón de que estuvieran allí, de que ahora se les abrieran todas las puertas. Ella era la arquitecta, era su éxito en realidad.
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+- Con los pocos recursos con los que contaba pero haciendo gala de una inteligencia y determinación poco comunes, Talon Wyrm encabezó el ataque al cinturón de asteroides obligando a las flotillas piratas a salir de su escondite…
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+Este no era el punto final. Se trataba más bien del comienzo de algo grande, mucho más grande de lo que Talon podía imaginar. Dirigió su mirada a los oficiales, a los cadetes, a los civiles. Todos sentían admiración por Talon Wyrm, el héroe de la Tierra, el nuevo mesías que devolvería a la Tierra su antiguo esplendor. Su imagen aparecía en todos los canales de holovisión, sus hazañas eran leídas por todos lados. Este evento era su lanzamiento definitivo hacia la gloria.
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+- Algo no va bién - murmuró Vyctor.
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+Nelaria volvió abruptamente a la realidad. El almirante decano seguía hablando desde el escenario.
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+- ¿A qué te refieres?
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+- No sabría decirlo, pero algo va mal. Tengo una sensación extraña... casi como si estuvieramos en peligro.
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+Nelaria se giró hacia Vyctor, mirándole sorprendida. Aunque llevaba años enseñando a Vyctor a estudiar su entorno y a anticiparse a cualquier situación, sus habilidades estaban aún muy lejos de las de ella. Aún así, en ciertas ocasiones Vyctor la había sorprendido haciendo gala de una intuición poco común. Esas exhibiciones puntuales de agudeza fueron las que decidieron a Nelaria a adiestrar a su hijo de la misma forma que su padre hizo con ella, iniciándole en el arte del estudio de la psique humana y de cómo usarla para su propio beneficio.
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+Pero esta vez Vyctor se equivocaba. Todo lo que estaba ocurriendo estaba discurriendo según lo previsto.
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+- No te comportes ahora como un niño asustado. No hay nada de qué preocuparse.
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+Aún así, no pudo dejar de observar a Vyctor con preocupación. Se le veía tenso y unas pequeñas gotas de sudor se formaron en su frente. Nelaria le cogió la mano y pudo notar que estaba temblando.
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+- ¡Debemos irnos! ¡Algo va mal! ¡Debemos irnos!
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+Vyctor había hablado algo más alto de lo normal y varios de los invitados se giraron hacia ellos. Nelaria miró a Vyctor irritada. Cómo se atrevía a estropear aquel momento tan importante para ellos. Ella lo tenía todo previsto, todo controlado, nada podía salir mal. Se giró hacia el escenario. El almirante decano había acabado su discurso e invitaba a Talon a subir para pronunciar unas palabras. Allistair aplaudía junto a sus compañeros de la Academia. Cindra y Nylora aplaudían también desde el otro lado de la sala.
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+Desde el escenario, Talon pedía silencio con las manos sin conseguirlo. La estampa era espectacular. Y tras el escenario, tras el techo acristalado, un espectáculo aún mayor. La Tierra se mostraba en todo su esplendor, de una forma que Nelaria nunca había visto. Eran unos colores tan vivos que quitaban la respiración. “Un regalo para la vista”, pensó de nuevo, de igual forma que cuando habían entrado en el salón. Y entonces lo vió. Sus ojos se abrieron horrorizados, comprendiendo de repente.
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+- ¡El escudo! ¡No está!
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+Justo en ese momento empezaron a sonar las alarmas de la estación. Todos se miraron sorprendidos. Algunos oficiales conectaron rápidamente sus terminales pero la gran mayoría miraba hacia todos lados sin comprender. De repente una gran sombra cubrió el techo acristalado. Una nave de combate apareció de la nada y apuntó sus cañones directamente hacia el salón de actos. Se oyeron gritos.
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+Vyctor estiró de Nelaria intentando correr hacia las puertas, pero tropezaron y los dos cayeron al suelo. Intentó levantarse pero varias personas de la multitud cayeron encima de él.
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+Pudo oírse una gran explosión, ruido de cristales rotos y trozos de metal cayendo por todos lados. Después llegó el silencio, que pronto empezó a llenarse con lamentos y lloros.