title: Las web 2.0 startups y la GPLv3 date: 2006-10-04 07:25 ---
Siguiendo con el tema del anterior artículo, se nos puede plantear el siguiente caso hipotético:
Resulta que un buen día me levanto de la cama y mientras me tomo el desayuno se me ocurre una idea genial para forrarme (podría ser yo, podrías ser tú; como prefieras). Se trata de coger un programa GPLv3 que ya existe y modificarlo convenientemente para darle un uso distinto del original, algo en lo que nadie hasta ahora había pensado. Pero hay un problema; la licencia del programa añade una clausula opcional que me obliga a publicar esas modificaciones en el caso de que el programa esté abierto al público a través de un servidor web, y es exactamente lo que pensaba hacer.
¿Cómo demonios voy a triunfar con mi idea si la competencia puede copiar mi programa sin coste alguno? Es un proyecto abocado al fracaso desde el principio.
Son argumentos que ya se usaron hace muchos años, en los inicios de la GPL. ¿Cómo una empresa de software podía subsistir si la competencia y los clientes podían copiar los programas con gasto nulo de desarrollo? Pues como diría Galileo, "y sin embargo se mueve". Lo que ocurre es que el planteamiento es erróneo y se trata el software como si fuera algo tangible. Las empresas de software no triunfan por tener programas que nadie más tiene, sino que el éxito está en tener esos programas antes que el resto. Lo mismo ocurre en la web 2.0.
Veamos el caso real de meneame.net. Cualquiere puede realizar un clon de meneame. Basta con descargar el código, instalarlo y avisar a la gente. Pero nadie consigue el éxito que han conseguido sus desarrolladores. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, fueron los primeros en hacerlo.
Para las empresas de software el gasto en I+D va dirigido, o debería ir dirigido, a adelantarse a la competencia. Ser los primeros en conseguir algo es lo más importante y es lo que da dinero. Y si nuestros competidores nos copian, mejor, ya que eso quiere decir que somos la empresa referencia del sector y eso es bueno. Preocupémonos cuando dejen de copiarnos.